domingo, 2 de junio de 2013

Que noche la de anoche!

Nuevamente en Bariloche.
Queremos irnos de shopping, pasear por el centro. No hace frío, pero es tarde. Cuando veo que las tiendan comienzan a cerrar, corro, cruzo una calle y doblo en la esquina. Ahí está la entrada a la tienda grande, una suerte de shopping, pero como los de Canadá: En lugar de que cada marca tenga un local, se mezclan en un espacio amplio y un sucesivo devenir de perchas y góndolas.
En un momento, paso por una puerta de vidrio, y quedo del lado del restaurante. Es una suerte de tenedor libre, con mesas llenas de fiambres. Curiosamente, todo en rodajas: Rodajas de salamines, de embutidos, de queso. Todas mas o menos del mismo tamaño. Y todas, todas, desparramadas sobre las mesas pero en un orden. Uno toma de las mesas las rodajas y se las lleva a la boca, y él me dice que si queremos, podemos pedir que nos armen un paquete para llevar.

Breve análisis:
Bariloche me obsesiona. Se ve que esos cinco días de torturo fueron mucho mucho mas duros de lo que pensé. Por eso todos mis sueños me llevan allá. O piensan en llevarme allá.
Y las rodajas de fiambre eran fichas de casino, obviamente.


1 comentario:

Er dijo...

"Bariloche. Queremos irnos de shopping..."

Puaj! Puajjj!!!

Teoría de la Libertad: Grandes probabilidades de que se convierta en millonario cuando soltero.

Los shoppings son para minitas "El lujo es vulgaridad".

Comprensible.

Un asco.