sábado, 15 de junio de 2013

Que noche la de anoche

Y estoy comiendo algo, y se me parte un diente. Le muestro a mi mamá, el diente partido entre pedazos de comida. Limpio una parte, es bastante, casi medio diente entero. Y me lo llevo al dentista.
El dentista queda lejos, muy lejos. Cerca de Plottier. El colectivo tarda. El dentista atiende en su casa, me mira el diente, me arregla o no me arregla la boca, no sé. El tema es que ahí estamos, en la casa del dentista. Y vine mi chico Cerámica. Y de ahí salimos, y está todo bien. Todo tan bien, que vamos a la casa de alguien y terminamos desnudos en una cama. Pero algo pasa. Algo terriblemente feo pasa. Y no sé bien qué es, no entiendo bien qué es. Pero lo que sí, duele. Y no entiendo bien qué decimos, ni cómo se da la situación. Pero yo sé que se va a ir. Y yo estoy ahí, desnuda con él, como estúpida (que soy). Y entonces, cuando descubro que lo único que me queda es vestirme e irme, me despierto.

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