martes, 18 de junio de 2013

Zombi

Siento, por momentos, que vivo anestesiada. Que ando y ando todo el día, me drogo de haceres o de hacer-nada y me lleno la cabeza de cosas, importantes, banales. Ando y ando todo el día todos los días, y me dejo llevar por el ritmo de vida, por el hacer, por alguien que viene o que me llama o que me saca. Y hago.
Pero en cuanto paro dos minutos. En cuanto me conecto conmigo. Y no importa bien a donde ni cuando, pero siempre, cuando un rincón de la ciudad, un recuerdo, una mención, un algo me trae a mi chico cerámica a la memoria... entonces ahi, se rompe todo.
Y bajo la aparente calma que me invade el día a día... se retuerce el dolor en mi pecho. Y a veces se me escapa, en lágrimas, en gritos ahogados, en un llanto que me sacude, por dentro y por fuera. Y ahi vuelvo a sentir todo eso que no siento con la anestesia, todo eso que no siento cuando parece que vivo, pero estoy muerta.

1 comentario:

Ella dijo...

“Antes eras una flor / pintabas el cielo de amor / ahora que no tenés más vuelo / quedaste tan sola, ¿te vencieron?

Una nube va sin fin / trepando por el verde jardín, / dejá que te envuelva el pensamiento, / volvé a besar tus sentimientos.

In the night just follow me, / just follow me, / just follow me”.

(“Azúcar del estero”, Las crónicas del viento).