jueves, 28 de octubre de 2010

Dulce cerdo para los que no pueden con todo

Dulce.
Color caramelo.
Tierno.
Dulce.

Un trozo de cerdo.
Hecharle sal, de los dos lados.
Acostarlo en la cazuela de barro.
pintarlo con salsa agridulce a elección. Yo use una de mango, tipo chutney, regalo de un colega.
hecharle pimienta negra. Con ganas (lo dulce y picante es perfecto)
exprimir sobre el cerdito naranjas (depende de la cantidad de cerdo, pero que quede en la cazuelita de barro cubierto hasta la mitad, como una viejita que se deja mojar por las olas, sentada en la reposera, en Mar del Plata)
y poner una muy generosa cucharada de miel.

Y al horno.

Con amor, y dedicación, cada tanto pegarle al cerdo una remojada con la salsa que queda de a poco en la cazuela, que se va a ir espesando.

Cuando el cerdo este cocido, blanco por dentro y doradocobre por fuera, servirlo en un bonito plato, con un poco de la salsa que quedo en la cazuela (que tiene un aspecto de caramelo).

acompañar con lo que se guste. Para mi fueron unas papas noicete de las congeladas y morrón en tiritas al horno. sal. aceite de oliva.

Después de cenar, se reconoce facilmente que un concurso, un proyecto, o un fracaso amoroso nos superan... pero la cocina es nuestro fuerte.

RECOMENDACIÓN:
vayase a bañar y a dormir, porque este cerdo es terapéutico, te deja flojito flojito y haces catarsis... a veces no esta bueno.

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