lunes, 22 de julio de 2013

Malvado, amado, odiado, deseado, temido sueño.

No quiero dormir, porque sueño.
No quiero despertar, porque pierdo mis sueños.
¿qué quedará de mi, entre mis sueños horribles y deseados, entre mis despertares deslucidos y añorados?
Si duermo, me encuentro con él. Y me duele. Ya no son los alegres sueños del principio, donde todo era como antes. Ahora, es siempre un sueño donde él esta, pero a punto de irse. Ese sueño donde me consumen las dudas, donde muero de angustia, de celos, de dolor.
Cuando me despierto, ya no está él. Pero sigue la angustia, los celos, el dolor. Y ni siquiera es real su abrazo, su calor, su aroma.
Ya no es bueno verlo en sueños, no. Tampoco es bueno despertar.
Quizás si necesite esas pastillas para no soñar... quizás.


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