Sabés que este cariño de cuerpos nos hace bien, nos hace felices, nos satisface.
Y aunque pasaron muchos meses, aunque pasaron años desde que no nos vemos, yo no he dejado de pensarte y mas de una vez con deseo.
Los años no opacaron aún nuestra belleza. Y nosotros, que somos tan bellos cuando la piel está sobre la piel, nos hemos vueltos sabios en el deseo del otro.
Mi placer se encuentra ahí donde tu placer está buscando el mío. Simple círculo virtuoso. Y así, escalamos, entre guarradas susurradas en la oreja, carcajadas a los gritos, y la voz que se pierde cuanto mas arriba.
El placer, con vos, era amor de cuerpos. Querernos libres. Querer las risas. Querer la vida.
¿Qué mas quisiera yo que volver atrás y encontrarte? Cabalguemos juntos estas sábanas, o aquellas, o ninguna. No importa. ¿Que mas quiero yo que volver a las risas, a la alegría, a lo despreocupado y simple de amarte un ratito, por el ratito mismo?
Y no me importa si es mi lecho otra vez, o el tuyo,o uno alquilado. Mi cuerpo responde a tu cuerpo. Se abre como fruta madura a tus susurros. ¿Qué mas quiero? ¿Qué mas necesito que sentir el calor del amor, las risas del placer, el temblor?
Y sin embargo, ya sabés querido amante, que otra vez no voy a responder tu llamada. Otra vez no.
No es que no te desee. Mi cuerpo se llena de fiebre al hablarte.
No es que no te quiera. Siempre nos quisimos bien.
Simplemente, querido amante, no puedo.
No puedo, no puedo, no puedo.