No quiero dormir sola.
(Hermenéutica no cuenta)
No es un invierno especialmente crudo, pero quizás, me gustaría, cierta rutina compartida. Poder acurrucarme en unos brazos por la mañana. Apoyar mis pies helados a la noche. Aspirar el perfume de otro pelo (Hermenéutica no cuenta)
Son esas cosas que no se comparten con cualquiera. Y que no es fácil tampoco pensar con quien compartirlas.
(Claro, hay requisitos mínimos, como que sea hombre, morocho y alto...)
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