Con Dire entramos a esa tienda de ropa, que olia a feria americana, pero no. La ropa se organizaba cogada de percheros largos, con una fila arriba y otra abajo, armaba pasillos medio laberinticos.
En un momento, decidimos probarnos nuestros hallazgos. Los probadores eran de madera, carcomida como si fuese madera de playa. Y por entre los aujeros veiamos el vestuario de los hombres... Entonces Dire se estira toda, media en bolas, para chusmear que habia del otro lado
3 comentarios:
¡Oh, no!
Jeje..divertido sueño, perdón mi ñoñez, pero no son aujeros, son agujeros.
¡Cuándo volvés al extremo sur?
Beso
apenas una semana y estoy en roca... trabajando!
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