miércoles, 2 de marzo de 2011

Como siempre, diferente

Y es que nunca pasa que se siente igual. Pero a veces es tan familiar, a la vez diferente. Será que estaba tan cómoda, que fue todo tan fácil, tan lindo.
Me siento apenas mal. Es una leve angustia. Un pequeño temor de que haya sido principio y fin. Pero al fin de cuentas tengo que aceptar que siempre es principio y fin, y quizás la posibilidad siga allí después del final. Pero esta vez no importa, y esta vez me siento apenas mal, mas que nada, sensacion de apego mal dirigida. No es la primera vez que pasa.
Mi madre dijo cuando yo estaba de novia con C. que seguro que si me iba a Canadá, cuando volvía me iba a vivir con él. Que la distancia, que el extrañarse, traerían eso. Ella sabrá, después de todo mi padre le pidió casamiento mientras ella estaba de viaje...
Pero ahora no estoy de novia, ni cerca. Y todo lo que tengo es un caso de apego mal elaborado, mal dirigido, a un pobre hombre que poco y nada tiene que ver con el asunto, a menos que pensemos que tiene muchisimo que ver el hecho de que anoche durmió en esta cama, desde la que escribo. Pero eso es circunstancial, que ya sabemos que puede ser ese o casi cualquier otro, que cuando la libido anda suelta, me vuelvo una dicharachera, y duermo poco.
Pero es que anoche fue facil, fue lindo. fue igual y distinto.
Y te explico, porque no es tan fácil. Que estábamos los dos charlando de la vida, tomando hesperidina felices en el balcón, con la fresca. Y terminamos de tomar el trago, y cenamos, y charlamos con un decoro que dan ganas de salir afuera, a mostrarnos como amigos, con lo bien que sale. Y al final, de postre total, que después de tirarle un palo (que mas que palo era un escarbadientes, super inocente lo mío) y el que me respondiera con un piropo. Y después otro, Y otro mas, y a los besos derecho viejo. Unos besos de lo mas interesantes.
Y que me agarre el pelo, sin problemas, para encontrarse con que a mi me encanta.
Y que encajemos tan tan bien.
Un chico alto.
Muy alto, de larguisimas piernas, cintura estrecha. Un tatuaje, un par de piercings, y un plan.
Y sin ganas de atarse a nada.
Un hombre divertido, avezado en menesteres de cama. Un hombre que pregunta sin juzgar y que juega sin mirar las reglas... y sin cometer infracciones!
me sentí lo suficientemente cómoda como para preguntarme si sera posible, quizás, verlo de nuevo. Sabiendo.
Sabiendo que no es de esos hombres que se atan.
Y jugandomela a cambiar de entrada, a full, con todo. Porque te voy a contar un secreto:
Siempre se pelea con el padre, porque no le deja el auto.

2 comentarios:

annayra dijo...

Siiiiiiiiiiiiii se peleaaaaaa se peleaaaa jajejejej xD

vico dijo...

Hay que tener en cuenta, igual que es "el gran poder"... asi que mucho estar en el molde. Sin forzar nada.