Anoche me dormi pensando un post lleno de resentimiento. Citando a todos mis ex diciendo las mismas barrabasadas, esas cosas que se te quedan en la cabeza y te enojan, no por lastimar, sino porque resultan un cliché que solo pretende sembrar dudas o crear dolores.
Como si no bastaran los que provoca la perdida.
Son medio ridiculos. O a veces, hacen que me sienta ridicula: como anoche. Pensando en sus dichos dolidos, porque cuando algo nos duele todos somos iguales. Todos decimos lo mismo, pensamos igual. Nuestro ego se encarga de defendernos de ese dolor.
La diferencia entre quien pasa muchos cortes y quien pasa uno, es que cuando escuchamos al ego en nuestra cabeza, sabemos callarlo. El inexperto no.
Po eso, no voy a escribir, a reproducir lo que dijieron. Porque seria un cacho de mi propio ego, defendiendose, a brazo partido, contra mi dolor. No el de ellos, el mío.
Y creo que bastante ridicula soy contandote que todas esas cosas me pasan por la cabeza, querido lector. Prefiero no seguir el (mal) ejemplo de la inexperiencia. Quien sabe a quien lastimo o resiento... Pero no soy para nada inmune al resentimiento, como no soy inmune al dolor, a la muerte, a enamorarme, al miedo o a las paperas.
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