El río. Va, veloz, fresco, algo turbio. Verde imposible por todos lados.
El canal. Las patas en el agua, corre sin pausa arrastra arrastra basura, perros, niños, hojas, cantos. Marrón misterio, marrón verdoso, marrón.
El lago. Azul infinito en medio de la nada. El árbol raquítico, la jarilla feliz y el azul celeste reflejado. El agua quieta y cálida y nada profunda que te invita a quedarte un rato mas, jugando con el sol.
Mañana me esperan las termas. No las conozco. No se si oleran a sulfuros o a manantial fresco. No se si el vapor se pegará a la cara, o será cantarina como arrullo materno. Sí se que me espera, en el bosque, entre montañas. El agua.
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