Resulta que el museo, por fuera, no era como es ahora, sino que estaba en un edificio parecido a Sociales de la UBA. Andaba por la calle con un grupo de amigos, y por alguna razon poco clara, se armó una pelea... Casi inconciente, uno de los chicos me saca de allí y me pone al cuidado de dos nenitos. En eso, veo la entrada y nos metemos, con los nenes, a un lugar que resulta ser la planta baja del museo. Ahí aparece el Tesorero, y nos lleva a su oficina de siempre, y parece que su hobbie es la odontología. No se de donde, nos hace recostar en el escritorio. A uno de los nenitos le parcha una muela, y a mi me empieza a limpiar con esa especie de torno que hecha agua que tienen los dentistas. Después me dice que me enjuague, y en la pared frente al escritorio hay un lavamanos, con un espejo,y vasito de plástico... cuando me enjuago siento como hacerme un buche con agua y tierra, un asco.
Después me desperté.
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