jueves, 8 de octubre de 2009

A la mañana


Salí del colegio, llena de plata por haber cobrado, y pague mis cuentas. Decidí pasar por el super a comprar un poquito de carne (hice un cerdo con ananá que quedo para adorar) y de salida, me compré un chocolate cofler ligth. No solo me subió el humor como le corresponde a un chocolate, y me quito el hambre de media mañana debido a lo casi ausenta de mi desayuno...
Tampoco me dio culpa.

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