Tuve dos sueños.
En uno, Joaquín (para los que no saben, mi ex novio, y el tipo mas bueno con el que estuve en toda mi vida) iba a visitarme a casa. Pero mi casa era mi casa de la infancia en roca, donde antaño vivía con mis padres, pero ahora estaba viviendo sola (por ejemplo, en el comedor, en lugar de la mesa redonda de mis viejos, estaba mi mesita rectangular... la verdad, no se como haría yo para llenar esa casa).
Joaquín llegaba en bicicleta, entraba por el jardín de atrás (que daba a un descampado, con un camino de cemento hasta una tranquera alta). Traía un par de bolsas, llenas de frutas y se dispuso, como a las once de la mañana, a preparar un genial desayuno, con medialunas rellenas de jamón y queso, una fruta muy extraña que la asaba en la hornalla y se hacía como dulce, wafles...
En fin, genial. Hasta en sueños Joaquín es el tipo mas bueno con el que estuve.
Otro sueño fue tener que subir al ultimo piso de un shoping que tenia escalas mecánicas (dijes escalas a propósito) muy delgadas. EL ultimo piso era muy raro y tenía un salón de belleza deprimente. Ahí me encontré con un grupo de diablitos peludos y promiscuos que tenían sexo bajo las ordenes y mirada de una diablesa de largos cabellos y bastante mugre. Y me fui para afuera, atravesando la guardería, y llegué a un jardín muy lindo, con una escalera que me hubiese ahorrado esas escalas mecánicas tan incómodas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario