sábado, 31 de agosto de 2013

Gracias Dios.

Gracias Dios, o lo que mas guste que lo llamen a eso que de alguna manera escucha y cumple exactamente el 50% de mis oraciones.
Y no sé que tan misteriosos sean los caminos, pero la verdad, que tanto en el cumplimiento como en el incumplimiento, no puedo quejarme. Mas bien al contrario. Gracias.
Gracias por siempre responder a mi oración "por Dior que no me cruce con chico Cerámica... "
Gracias por nunca responder a las otras.
Que siga igual de sabio todo.

amen. (?)

viernes, 30 de agosto de 2013

Es oficial

Soy una boluda a veces...

Es oficial

Todos mis deseos se convierten en todos mis temores cuando sueño.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Despertar

Es cierto que estaba haciendo fiaca, mientras disfrutaba de la luz filtrada por  la persiana sobre mis parpados cerrados. Y de tu andar ligero y azaroso sobre mi cuerpo laxo.
Pero la verdad, que no había necesidad. No había necesidad alguna de poner tu culo peludo justo en mi cara para hacerme despertar, Hermenéutica!

lunes, 26 de agosto de 2013

Mariposón


 


Si para tu bien te fuiste
para tu bien
te tengo que perdonar.

Que noche la de anoche!

Cuidado con lo que deseas, sería la moraleja.
Porque recuerdo, que quise soñar con él, de nuevo. Soñar de que estábamos bien, como que nada había pasado.
Y se me ¿cumplió?

Nos encontrábamos en un camping. La carpa armada, sobre suelo plano, al lado de las parrillas. Hacemos fuego, y por alguna razón, en lugar de usar la parrilla, lo hacemos sobre el suelo, poniendo debajo un vidrio.
Con nosotros está una amiga, que se queda una noche, de paso.
Eso genera cierta tensión, una incomodidad entre Chico Cerámica y yo. Pero no llega a ser pelea, o reproche. Lo que sí, de repente, estamos en una casa, con pasillo largo. Fría.
Parece una casa de abuela.
Algo nos pasaba, seguía esa sensación incómoda, aunque la verdad es que no se la podría achacar a nada. Supuestamente estábamos de viaje, pasándola bien...
En esa casa, entro al baño. Me duele atrozmente la mejilla derecha. Un dolor en la piel, hasta los huesos. Me miro al espejo, y tengo un enorme grano que me ocupa todo el cachete. Horror. Lo aprieto, está todo blando y blanco. Aprieto un poco mas y se arman dos pequeños puntitos rojos. Busco algo para pincharlo. Y encuentro un palillo en el botiquín. Lo miro. Está sucio. Mejor no.
Aprieto un poco mas, y uno de los puntitos rojos se ensancha, se alarga, la piel arma un túnel en mi cara. Y De ese tunel sale, sanguinolento, una primer capa de pus, algo dura. Luego de eso, sin sangre, sale mas pus, amarillo, mantecoso, espeso. Y luego, sangre de nuevo.
Despierto, claro, con asco y tocándome la cara.

domingo, 25 de agosto de 2013

Mi vicio

Un morocho, pibito, divino, encantador, bailarin, de dientes blancos y labios gruesos.
Un morocho alto, de pelo crespo y pómulos marcados.
Un morocho de palmas amplias para golpetear el ritmo de su sangre.
Un morocho todo piernas y brazos y sonrisas.
Un morocho de carcajadas ruidosas, uno de voz suave.
Un morocho de ojazos negros.
Un morocho de piropos y miradas inocentes.
Uno de esos para tener en la mesita de luz, como quien tiene una tableta de chocolate, por si el antojo.

Y curiosamente, raramente, extrañamente... no. 
Me parece que mejor que en la mesa de luz, mucho mejor, va a ser que me acompañe, como amigo, por las risas de la vida, por los llantos de las noches, por las frías madrugadas de vino y viento.