Blog onírico cotidiano, sobre el onírico cotidiano, desde la Patagonia ya sin ceniza.
sábado, 23 de mayo de 2009
la pelea
Hey campeón! Suerte mañana. ¿a que hora peleás? ¿se puede ir a vitorearte?
El mensaje que le envié cuando supe que iba a pelear. Y es así como a las 22:30 estaba con mi entrada, ubicándome en las tarimas. De repente un par de parlantes chillaron mientras que una cumbia o un reggaetón (Wikipedia dice que se escribe así) se esforzaba en tapar la alegría de la gente (o de alentarla). Por suerte fue breve esa música... en un momento la cambiaron. ¿Dije "por suerte"? Bueno, no fue tan bueno. Empezaron con un tema de Maddona remixado (sisi, y era "like a virgin"!) Pronto llamaron a los peleadores... Presentación, ovación del público, música de entrada (él no entró con el tema que le dí). Pero fue el mejor espectáculo que vi en mucho tiempo. Después de todo, estar rodeada de muchachos que pasan muuuuucho tiempo en el gimnasio no está nada mal.
Cuando él peleó, fue una lucha de gigantes. (de repente saltamos como 20 kilos en peso... antes él me decía que antes de pelear los pesaban como a carne... puro lomo, quiero agregar). Y perdió.
Fue horrible.
Y encima después me dio un ataque de adolescencia ( o sea, me comporté de la manera mas inmadura que se pude concebir en la situación). Salvemos mis acciones no brillantes, y concentremonos en el espectáculo.
Con toda la onda de las peleas de "lucha libre", toda la calidez de un público compuesto principalmente de compañeros de gimnasio y de familiares, con una leve rivalidad entre las localidades y el ring a la altura de mis ojos... La verdad, que si siempre es así, prefiero ir a una pelea de box que ver óperas.
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