Miro al jovencito sentado delante mío. Es alto. Es atlético. Las bermudas dejan ver los músculos de las piernas, y la camisa no se molesta en ocultar el pecho torneado. El vello rubio resalta sobre los brazos bronceados. Ricitos de oro ocultan el rostro de angelote de tarjeta de comunión.
Lo miro, y pienso "yo debería conseguir un chico así. Pero en morocho. Y con una profesión. Y con cara de hombre ... y con unos diez años mas. Bueno, no. Mejor, consigo otro tipo de chico"
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