martes, 10 de septiembre de 2013

Que noche la de anoche

Soñar dos sueños. Sueños de andar en auto.

Estoy con Chico Cerámica en su auto. Vamos manejando, vamos discutiendo. La mañana disolvió los diálogos, pero recuerdo el malestar. Como siempre, yo quiero algo que él no quiere. Y el tiempo es irremediable, y el auto nos lleva lejisimos, porque ahora el esta mas que lejos, lejísimos. Vive lejos y ya no hay forma de que vuelva. Y las discusiones siguen, y son dolorosas, y su rostro es enojo y dolor y dice cosas que duelen, y me enojan. Y así.

Por suerte después el auto es de mi papá. Tiene que llegar rápido a Aeroparque, así que de Libertador, a Sarmiento, a Figueroa Alcorta. Yo voy atrás pero mi papá está apurado, y no, no toma la rotonda como debe, mas bien, se monta al cordón, pasa en contramano hacia el otro lado de la calle y ya está, adelantamos, estamos en camino de nuevo. Pero hay policía, me recuerda que alguna vez, algun policía le disparó a un amigo. Luego el corte, la manifestación. No se pero yo reparto volantes.

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