lunes, 29 de julio de 2013

Querido amante

Sabés, querido, que entre tus brazos mis risas fueron como nunca, mis sensaciones fueron las que con nadie.
Sabés que este cariño de cuerpos nos hace bien, nos hace felices, nos satisface.
Y aunque pasaron muchos meses, aunque pasaron años desde que no nos vemos, yo no he dejado de pensarte y mas de una vez con deseo. 
Los años no opacaron aún nuestra belleza. Y nosotros, que somos tan bellos cuando la piel está sobre la piel, nos hemos vueltos sabios en el deseo del otro.
Mi placer se encuentra ahí donde tu placer está buscando el mío. Simple círculo virtuoso. Y así, escalamos, entre guarradas susurradas en la oreja, carcajadas a los gritos, y la voz que se pierde cuanto mas arriba.
El placer, con vos, era amor de cuerpos. Querernos libres. Querer las risas. Querer la vida.
¿Qué mas quisiera yo que volver atrás y encontrarte? Cabalguemos juntos estas sábanas, o aquellas, o ninguna. No importa. ¿Que mas quiero yo que volver a las risas, a la alegría, a lo despreocupado y simple de amarte un ratito, por el ratito mismo?
Y no me importa si es mi lecho otra vez, o el tuyo,o uno alquilado. Mi cuerpo responde a tu cuerpo. Se abre como fruta madura a tus susurros. ¿Qué mas quiero? ¿Qué mas necesito que sentir el calor del amor, las risas del placer, el temblor?
Y sin embargo, ya sabés querido amante, que otra vez no voy a responder tu llamada. Otra vez no. 
No es que no te desee. Mi cuerpo se llena de fiebre al hablarte.
No es que no te quiera. Siempre nos quisimos bien.
Simplemente, querido amante, no puedo.
No puedo, no puedo, no puedo.


viernes, 26 de julio de 2013

Kevin

" ... y sigue y sigue comiéndome el coco"

Certeza

Hace dos días que estoy despertando, con una rara sensación.
El corazón me dice, le dice a mi cabeza, que va a volver. No me dice si pronto, no me dice cuando, no me dice nada mas que mi chico cerámica va a volver.
No se, no se.
Pero está ahí  instalado todo en mi cabeza.

¿Será un pedacito mas de esa larga etapa del duelo, la de negación? ¿Será apenas intuición? ¿Serán mis tripas poniendo sus deseos en malas ideas para la cabeza? ¿Será real?

No se, sólo es real la certeza. La sensación de que, alguna vez, en algún momento, volveremos.

No sé que pensar. Necesito un terapeuta.



jueves, 25 de julio de 2013

Mentira



te espero siempre, mi amor

lunes, 22 de julio de 2013

Malvado, amado, odiado, deseado, temido sueño.

No quiero dormir, porque sueño.
No quiero despertar, porque pierdo mis sueños.
¿qué quedará de mi, entre mis sueños horribles y deseados, entre mis despertares deslucidos y añorados?
Si duermo, me encuentro con él. Y me duele. Ya no son los alegres sueños del principio, donde todo era como antes. Ahora, es siempre un sueño donde él esta, pero a punto de irse. Ese sueño donde me consumen las dudas, donde muero de angustia, de celos, de dolor.
Cuando me despierto, ya no está él. Pero sigue la angustia, los celos, el dolor. Y ni siquiera es real su abrazo, su calor, su aroma.
Ya no es bueno verlo en sueños, no. Tampoco es bueno despertar.
Quizás si necesite esas pastillas para no soñar... quizás.


Que noche la de anoche!

Estoy buscando la casa de un amigo. O mas bien, un conocido. Es policía, pero voy para saludarlo, apenas a tomar unos mates, cortesía. Voy caminando, pero no recuerdo bien dónde es la casa. Cuando llego a la calle Canadá, me doy cuenta de que no voy a llegar: no recuerdo bien el aspecto de la casa, creo que agarré para otro lado, no llego. Estoy lejos del centro, y claro, veo la ruta desde esta calle.
Decido volver, pero tomo una de las diagonales para acortar camino. Mientras tanto, llamo a Chico Cerámica. Tengo mi celular viejo, y el que me prestó J. En uno de los teléfonos, Chico Cerámica no está en la agenda... y en el otro, cuando llamo, me atiende otra persona, una mujer. Me dice que no conoce a nadie. Llamo de nuevo.
No, no. evidentemente, el número es de ella, a mi me quedó mal agendado.
Igual, estoy en la cama, en casa, y no tengo que llamar a ese hombre nunca mas. No al menos ahora.
Pero ya llegué a casa, y por suerte él está ahí, y puedo acurrucarme a su lado (no estoy del lado correcto de la cama, pero no importa). Él mira la tele, tiene el control remoto en la mano. Yo apoyo la cabeza en su hombro, me abrasa. Siento su calor, el latido de su corazón, el pecho que sube y baja. Y lo beso
Y le digo que me preocupé mucho, que vuelva a casa. Él me mira desganado, incómodo por mi pedido. Pido, le pido que no vuelva a irse. Que lo quiero en casa.
Me dice desganado que bueno. Pero que es mi casa, no puede quedarse siempre en mi casa. Y ya sé que no puede, aunque me despierto llorando porque quiero que vuelva.

viernes, 19 de julio de 2013

Qué noche la de anoche!

No se me pasa, no se me pasa...
Otra vez con él.
Otra vez haciendo el amor.
Dios me libre de extrañarlo tanto, de tantas maneras, a cada rato.

viernes, 12 de julio de 2013

Qué noche...

me pongo unos jeans.

No recuerdo mas.

miércoles, 10 de julio de 2013

Que noche la de anoche!

Estoy embarazada. La panza, enorme, hace que la piel se estire y se sienta tirante en los costados, en las costillas. Está por llegar el bebé y vamos a Cipolletti a que salga. Mi chico cerámica quiere que lo tenga allí, con un médico que él conoce. Es alguien de confianza.
Llegamos, luego del koko al hospital. El lugar está muy bien, el médico es amable y ya me conoce. Las enfermeras no se meten. Puedo estar con mi hombre sola, en la habitación.
Estamos esperando, pero si bien la panza es molesta, las contracciones no llegan. Y entonces, me doy cuenta: no puede ser. Yo nunca me hice mas que el evatest, nunca fui a confirmar el embarazo.
No le digo a Chico cerámica. Pero ya siento como la panza, decrece. No lo puedo permitir. Él quiere un hijo, mío y de él. Así que empiezo a besarlo. Estoy sobre él, tirados en la cama, besándonos. La panza decrece, pero no importa. Porque nos besamos. Porque me despierta el orgasmo.

Que noche la de anoche!

Uno:
Dos niños (niño y niña, la niña es menor) juegan en los últimos asientos de un colectivo en movimiento. Quizás sea un micro escolar. El juego consiste en pegar contra el vidrio cuatro minúsculas figuritas, que se quedan adheridas al vidrio húmedo y frío. Una de las figuritas es la Muerte. La niña se espanta al verlo, y corre hacia la parte delantera del colectivo. El niño se sonríe, algo malévolo, y sigue jugando, deslizando con su dedito índice las figuritas sobre el vidrio

Dos:
Llegamos con el auto hasta el lugar de estacionamiento. Un tronco horizontal, sobre dos tocones, nos indica que a partir de ahí hay que seguir a pié. Un guardaparque nos dice lo mismo.
El camino, de tierra negra, deja lugar a las rocas rojas, enormes. las cubre el verdín negro y seco, que se deshace en un polvillo oscuro al pisarlo. Vamos descendiendo, paso a paso, hacia el río. Es verano, estamos en maya. Antes de llegar al agua, podemos tomar un camino no muy ancho de asfalto. El río se ha llevado partes del camino: es muy correntoso. Sus aguas tapan parte del camino, otras las ha arrancado. arrastra árboles y piedras y cascotes, restos de construcciones y caminos. Tratamos de seguir el camino roto, nos metemos en el agua. primero a la cintura, luego no hacemos pie y avanzamos sujetándonos de las ramas de los árboles, en contra de la corriente. Chico cerámica llega a un montículo de piedras, asfalto, escombros. Yo llego detrás: primero me adelanto bastante en el río, y nado perpendicular a la corriente para llegar bien al montículo. Ahí descansamos. Pero poco: es claro que el agua sube. El nivel de agua aumenta. Hay muchas otras personas, familias, gente mayor. Pero nadie tan alejado del camino como nosotros. Tenemos que volver, dejando que la corriente nos lleve poco a poco, hasta hacer pié de nuevo y llegar al viejo camino de asfalto.


Es oficial

La herida de mi pié que me hice amándolo, cerró.
Sin embargo, queda la marca.
Y a veces (como ayer), arde.


jueves, 4 de julio de 2013

Salí de mi cabeza. Y volvé a mis brazos


Qué noche la de Anoche!

Soñé que vivía en un departamento, yo sola, que era de mi padre. El lugar era una habitación, un baño y una cocina comedor. Todo estaba rodeado de un pasillo cerrado con algunas ventanas. No había ventanas directamente desde los ambientes, sino que el pasillo tenía esas ventanas.
La casa esa era de mi padre, pero vivía yo sola. Todo está pintado de blanco.
Por el pasillo se pasean tres cachorros (cachorrones, mejor dicho) de rotweiller. Se pasean durante toda la noche por el pasillo.
En un momento me encuentro con Chico Cerámica. Nos sentamos uno al lado del otro, nos besamos. Creo que hasta hemos hecho el amor. Pero yo estoy sentada al lado de él ahora y charlamos. Él esta esperando con ansia la llamada de un trabajo, que según dice, le va a reportar tres veces mas su sueldo. Y entonces, me dice "vamos a ver si conseguimos este trabajo". Conseguimos? nosotrOS? los dos? Yo le pregunto, si es así de nuevo, si podemos pensar en un nosotros, en un trabajo que sea de él, pero para los dos. Y él me dice que no sabe todavía. Pero ve que yo me operé. Y desde que me operé estoy distinta.
Me dice que ahora yo lo escucho diferente. Que cuando me cuenta algo lo reconforto, lo acaricio, lo mimo. Y que antes no era así.
Entonces yo le digo que si, que sí soy así, que siempre fui. Y que me tenía que decir esas cosas, si alguna vez le faltaban. "Vos tenés que exigirme", le digo en mi sueño.
Pero claramente, no sé de que operación me hablaba.


Mala noche

P: ¿Qué hace él por las noches, cuando yo lloro?
R: No debería importarme. No debería preguntármelo siquiera.

P: ¿Cómo puede ser que esta separación, en algún punto aunque sea, esté bien?
R: ...